Cómo evitar las catástrofes naturales desde las organizaciones
Catástrofes naturales
Catástrofes naturales, cambio climático, efecto invernadero… son términos que escuchamos tan frecuentemente que parecen normales en nuestro día a día. Es tal la cantidad de datos que recibimos que parecen conseguir que perdamos sensibilidad ante tal información y no hagamos nada al respecto.
Los efectos negativos producidos por el cambio climático están a punto de llegar a un punto de no retorno. Es decir, que no sea posible reparar los daños que provoca este efecto. El tiempo se acaba, debemos tomar conciencia de las devastadoras consecuencias que podemos sufrir si no actuamos
Datos de interés
El acuerdo de París, firmado por 195 países, limitó el aumento de la temperatura a 1,5 ºC. Sin embargo, este objetivo no se cumplirá, ya que cada década la temperatura aumenta 0,2 ºC.
Un aumento de la temperatura puede desencadenar una serie de consecuencias como el aumento del nivel del mar al igual que la temperatura de los océanos, reducción de niveles de hielo y nieve, aumento de gases nocivos como dióxido de carbono, óxido nitroso y metano.
Esto implica que respiremos aire cada vez más contaminado y nuestros se acidifiquen debido a la absorción de estos compuestos.
Todas estas consecuencias afectan directamente a las catástrofes naturales que ocurren en nuestro planeta. Es cierto que ocurren de manera natural, sin embargo, el cambio climático hace que estas ocurran con más frecuencia y mayor intensidad. Entre las principales catástrofes naturales relacionadas con el cambio climático podemos encontrar las siguientes:
Olas de frío y de calor, sequías, tormentas, incendios, huracanes, inundaciones, olas de frío y de calor…
¿Cómo nos afectan?
Todas estas catástrofes naturales nos afectan de forma directa, haciendo incluso que tengamos que cambiar nuestro estilo de vida. En numerosas ocasiones, las precipitaciones, extremas, o, por el contrario, las sequías provocadas por el cambio climático podrían llegar a hacer que tuviésemos que cambiar la localización donde vivimos en busca de un lugar más adecuado para la supervivencia.
No solo puede afectar a las personas, sino que las organizaciones pueden verse afectadas ante los efectos de una catástrofe natural.
Si pensamos en un ejemplo, uno de los más comunes podría ser el de una empresa dedicada a la agricultura. Es posible que, debido a unas lluvias torrenciales, una sequía prolongada o incluso un incendio afectasen a su cosecha de modo que perdería su mercancía dejándolo desprovisto de los recursos que le permiten continuar con su actividad laboral.
Este tipo de imprevistos no solo pueden afectar a empresas que trabajen con recursos tangibles como son las materias primas. En el caso de las nuevas empresas relacionadas con la tecnología podría ser peor. Una catástrofe natural como un terremoto o un huracán podrían devastar ciertas empresas, y, aunque los daños físicos fuesen lo más visible, hay un punto que no podemos olvidar, los datos. Una empresa, cuya actividad principal depende de los datos de los que dispone no tendría problema en el caso de sufrir daños materiales como la destrucción de material de oficina, infraestructuras, mobiliario… Sin embargo, si esa catástrofe afectase a los dispositivos en los que se encuentra esa información, podría suponer una gran pérdida o incluso la desaparición de la misma.
¿Qué podemos hacer?
A nivel personal, lo primero que debemos hacer es mentalizarnos. Un primer paso podrías ser pensar en la famosa frase «Piensa global, actúa local». Esto quiere decir que no debemos agobiarnos pensando que no podemos hacer nada ya que no tenemos el suficiente poder como para mejorar una situación. La frase significa que debemos tener nuestra mente centrada en ayudar al medioambiente y realizar pequeños actos que lo mejoren.
Cumpliendo simplemente la regla de las 3 R y aplicándola tanto a nuestro hogar como al entorno ayudaremos en gran medida a reducir la contaminación, y por lo tanto la emisión de gases nocivos que aumentan los efectos del calentamiento global.
A nivel empresarial, lo más recomendable es ayudar a conservar el medioambiente y no dañarlo para que los efectos que provoca el cambio climático vayan a más.
No obstante, como empresa u organización debemos estar preparados para este tipo de catástrofes que no se pueden predecir. Por ello, lo más indicado es contar con un Plan de Continuidad de Negocio para asegurar que las consecuencias que provoca un fenómeno de este tipo sean casi nulas.
Para entenderlo mejor, vamos a pensar en los dos ejemplos anteriores. En el caso de la empresa relacionada con la agricultura, podríamos contar por ejemplo con sistemas de riego en caso de que no fuese suficiente el agua de lluvia o invernaderos para luchar contra las olas de frío.
En el caso de una empresa tecnológica, lo mejor es contar con medidas para proteger esos datos, por lo que la mejor opción sería subir esa información a la nube, alojando dichos datos en servidores que se encuentren en distintos lugares para de esta forma evitar que, si alguno resulta dañado o destruido, siempre quede otro para responder ante nuestras necesidades.
Software ISOTools Excellence
Evidentemente, tener un plan para minimizar los daños provocados por una catástrofe natural es una buena opción. Sin embargo, no sería tan necesario si tanto nosotros, como las organizaciones contaminásemos en menor medida y redujésemos los efectos del cambio climático. Es por eso que, les ofrecemos el software ISOTools Excellence. Gracias a esta herramienta, podrá implementar un Sistema de Gestión Ambiental basado en ISO 14001, lo que significa que su empresa realizará todos sus procesos de la forma más eficiente y respetuosa con el medioambiente posible.