Hacia una economía circular globalizada
Economía circular
Como sabemos actualmente los países con mayor nivel de desarrollo están llevando a cabo diferentes estrategias en materia de economía circular, en este aspecto cabe destacar cuatro pilares como los más importantes para abordar con mayor urgencia: la energía y cambio climático, la alimentación, las materias primas, los residuos y la contaminación. Ante dicha situación cabe que nos preguntemos ¿es posible instaurar a nivel global una Economía Circular Globalizada, y por tanto eliminar los problemas mencionados?
La Energía y Cambio Climático
El ritmo de consumo actual en los combustibles como el carbón, la energía nuclear y el agotamiento de las reservas de petróleo, han conllevado a crear una planificación para la implementación y el uso masivo de energías verdes o también conocidas como energías renovables. Ante la nueva situación aparece un gran inconveniente, el costo para afrontar la fabricación de una nueva infraestructura que nos permita el cambio.
A causa del consumo de estos tipos de combustibles fósiles el planeta está sufriendo cambios significativos como es el calentamiento global, ante esta situación nos vemos obligados a modificar nuestro consumo, dejando atrás estos combustibles.
La gran incógnita que nos encontramos con está situación es ¿Cómo afrontarán los países menos desarrollados la implementación de estas nuevas infraestructuras? El problema lo encontramos en el costo de estos, ya que conllevan inversiones enormes con unos precios mucho más elevados de los convencionales.
La Alimentación
En este último año se han obtenido los peores datos de hambre de la década. Según el Informe “El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2021”, realizado por cinco grandes agencias de Naciones Unidas, 811 millones de personas no saben qué comerán hoy.
Esto crea una gran controversia, conocemos a través de otros estudios que en el mundo hay en torno a 1000 millones de personas sobrealimentadas y a su vez, 2000 millones que pasan hambre. En los nuevos objetivos planteados para 2030, se pretende erradicar la hambruna en el planeta pero todo ese esfuerzo realizado hasta ahora parece ser que ha sufrido una caída a niveles extremos con la llegada del COVID-19.
Para poder alimentar a todos los habitantes del planeta se han planteado una serie para el reparto equitativo de alimentos: intensificación en la productividad de tierras y mares, dedicar aquellas tierras que sean más productivas para cierto producto y aumento en la investigación biotecnológica.
Materias primas y residuos
Las limitaciones en el caso de las energías son muy escasas y se prevé que para plazos muy cercanos comencemos a sufrir agotamiento de estas. Actualmente, se prevé que los países ricos consumen 10 veces más de materiales que los países pobres, es por esto por lo que se apuesta por la adecuación y reutilización de productos usados y se realiza un esfuerzo adicional por incentivar el reciclado de aquellas materias primas que lo permitan, propiciar los principios de circularidad. Imponer una economía circular a nivel global es una tarea muy complicada, ya que los países ricos quieren mantener su nivel y forma de vida, y por consiguiente, los pobres quieren obtener ese mismo nivel que resulta imposible.
Como ejemplo los países desarrollados promueven la Economía Circular a través de trabajos más artesanales (reutilización, reparación, refabricación, etc.), además, sustituir materias primas no renovables por materiales reciclados.
Contaminación
Nos encontramos en una situación límite para nuestro planeta propiciada por el desarrollo global. Los países con mayor nivel de producción como son Estados Unidos, China, Unión Europea, Rusia y Japón aunque poseen todas las tecnologías, no garantizan un equilibrio permanente con el medio ambiente. Otro aspecto que debemos tener en cuenta ante el desarrollo industrial son los efectos ambientales que producen ya no solo en los mismos países sino en terceros países.
Por ejemplo, los gases que se emiten a la atmósfera o los residuos que se vierten al mar hacen que estas partículas lleguen incluso a países que no generan tal contaminación, ya que es imposible retenerlos.
Por lo tanto, en algunas cuestiones como los vertidos o materia de residuos en el mar se debería someter a una legislación supranacional que lo regule en función de las necesidades de cada país y no en sus intereses.
Estamos atravesando una situación insostenible, un ejemplo de ello es que en 2021 hemos consumido todos los recursos establecidos el 29 de julio. Es decir, en 210 días hemos acabado el capital natural que deberíamos utilizar en todo el año, lo que nos supone exceder en un 74% la capacidad de los ecosistemas para poder regenerarlos. Por lo tanto, podemos decir que debemos adaptarnos a la naturaleza, y prescindir de los esquemas tecnológicos o ideológicos actuales, volviendo en materia de producción y consumo a décadas anteriores.
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