Gestión de residuos: la guerra de basura entre países, un tema en plena ebullición
Gestión de residuos
«El primer mundo se siente bien creyendo que su basura se recicla, pero al final los plásticos acaban en países que no pueden gestionar tantos desechos«, esas son las palabras con las que Beau Baconguis, activista de la campaña Global Alliance for Incinerator Alternatives a Reuters, define la situación actual global con respecto a la gestión de residuos. Esta afirmación coincide con los datos de los que disponemos, en los que solo el 9% de los residuos plásticos acaba siendo reciclado, según una investigación del National Geographic en 2017.
Un problema global
La gestión de residuos es uno de los problemas más grandes que afectan actualmente a la gestión ambiental de todos los gobiernos. Existe una importante guerra para dar solución a este problema para el cual se barajan muchísimas soluciones. Lo que está claro es que un Sistema de Gestión Ambiental es una de las pocas herramientas útiles para que tanto organizaciones como compañías puedan llevar a cabo una correcta gestión ambiental.
En los últimos años, China ha sido el gran basurero mundial, llegando a importar más de la mitad de todos los residuos mundiales de plástico. El gigante asiático los usaba para obtener energía, resinas y nuevos plásticos. Llegaba a pagar por estos residuos. Pero gran porcentaje de estos plásticos no podían ser reciclados por mala calidad y terminaban generando residuos insostenibles. Esta relación de “win-win” con occidente llega a su fin cuando China cierra la puerta a esta entrada de residuos.
En las últimas décadas, China ha sido el rey de los basureros. En 2016, el país asiático recibió la mitad de los residuos mundiales de plástico, unas 600.000 toneladas por mes. Fue el récord histórico. Pero cuando Xi Jinping tomó el poder en 2012, decidió que China no sería nunca más el vertedero del mundo. Los países del sudeste asiático se convirtieron entonces en los principales importadores de basura. Pero han tardado muy poco en rebelarse contra esta situación y decir basta.
Las empresas especializadas en el sector se desplazaron a países como Malasia o Tailandia, donde la regulación era menos estricta y apenas había controles. Los países del sudeste asiático han ido rechazando la avalancha de plástico conforme han pasado los meses, cerrando decenas de instalaciones para la quema de residuos y reduciendo el mercado a mínimos históricos.
El Origen de esta Gestión de residuos
Millones de toneladas de residuos plásticos han estado llegando a países asiáticos durante años. Según la ONU, más de la mitad de los residuos importados en todo el mundo, llegó en 2017 a China. Esos desperdicios plásticos enviados desde países desarrollados, son desde su origen destinados a ser reciclados, pero solo una pequeña parte de ellos llega en condiciones para poderse recuperar. El resto acaba en vertederos, incinerado y contaminando mares y tierras.
Los países desarrollados que no pueden gestionar el reciclaje de estos productos, los exportan a países asiáticos, países receptores de cualquier tipo de plástico por la necesidad de materias primas. Aunque finalmente un alto porcentaje no se reciclaba y su destino final, no era el deseado. Se genera así una contaminación de aguas subterráneas, superficiales, marinas, emisiones tóxicas, enfermedades, etc.
China ha decidido tomar medidas al respecto cerrando la entrada a residuos plásticos. Por consecuencia, otros países asiáticos se han unido a esta medida, Filipinas, Malasia y Vietnam también han cerrado la entrada a residuos plásticos. Los países asiáticos se unen poco a poco frente a los millones de toneladas de desechos que durante años han llegado procedentes de países desarrollados. Incluso se han tomado medidas para devolver esos residuos a los países que los exportaron.
El Ministerio de Medio Ambiente de Malasia asegura que ha identificado ya desechos de 14 Estados para devolver, entre ellos, Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá y España, donde ya se han enviado de vuelta contenedores con residuos.
China y su cambio en la política de gestión de residuos
Aunque pueda parecer un problema concreto de estos países, se trata de un problema global al que se le empezó a dar importancia cuando China cerró sus fronteras. Esto supuso un gran problema, puesto que millones de toneladas dejaban de tener destino. China llevaba recibiendo residuos desde los ochenta, cuando su economía se basaba en la agricultura y la búsqueda de materias primas. La escasa normativa medioambiental del país, provocó que se convirtiera en el centro del reciclaje a nivel mundial, y el principal importador de basura.
Esta medida de China para impedir la entrada de plásticos y residuos ha generado otros efectos. Más de 180 países se han reunido para regular las exportaciones de residuos plásticos. Se busca evitar mezclas que generen plásticos que no se puedan reciclar. Se busca que los países receptores de estos residuos puedan decidir si permitir la entrada o no a esos residuos.
La industrialización china a partir de los noventa hizo que los niveles de residuos que producía el país aumentaran y con ello la contaminación en el agua, tierra y aire. Las nuevas políticas medioambientales del país buscaban dar un enfoque nuevo en las gestiones. Se prohibieron importaciones de residuos, se cerraron plantas contaminantes.
Software ISO 14001 para la gestión de residuos y de su impacto ambiental
Las medidas en materia de medio ambiente y las políticas ambientales cada vez son más importantes a nivel de la empresa. ISO 14001 establece el Sistema de Gestión Ambiental en la empresa, contemplando la actividad con unos cánones ambientales.
Esta norma internacional facilita la gestión ambiental de la empresa según unos puntos comunes para todos, independientemente del origen o actividad de la empresa. Mejorar la Gestión Ambiental de la propia empresa es fundamental para el desarrollo global.
Contar con un software de gestión ambiental que nos ayude a gestionar los aspectos ambientales que afectan a nuestra compañía contribuirá a mejorar esta gestión, pudiendo establecer controles y medidas que contribuyan a economizar de alguna manera este tipo de procesos.